Karma:
Depende de como seamos, pues nos afecta de un modo u otro, pero está claro que, a día de hoy, Internet tiene tanta relevancia en el mundo, como el propio mundo.
Si eres hipocondríaco, Internet supone el sueño húmedo de las búsquedas de enfermedades, síntomas y posibles curas.
Si eres un fanático religioso, es una puerta abierta a la propagación de los libros sagrados.
Si eres un adolescente aburrido, puedes utilizarlo para generar 1.4 amigos/minuto con las redes sociales.
Si eres un funcionario, puedes matar el rato cuando trabajas mientras los demás creen que “tecleas” para solucionar sus problemas.
Si eres un estudiante con un problema que no puedes resolver, puedes pedir ayuda para tener respuestas en cuestión de segundos.
Si eres un mitómano, puedes lucrarte a base de bien inventando bulos por todas partes.
Si eres un soltero empedernido, puedes consultar consejos culinarios para mejorar tu dieta.
Si eres un terrorista puedes organizar atentados y aprender a montar bombas.
Si eres escritor, puedes divulgar tu obra con mucha facilidad.
Si eres un jugador apasionado a los videojuegos, puedes expandir tus actividades por todo el mundo.
Si eres un comprador compulsivo, te faltará dinero y tarjetas de crédito para comprar todo lo que encontrarás.
Si eres un toll, podrás desahogarte en los millones de foros y blogs que hay por la red.
Y un largo, largo, largo etcétera.
En resumen, internet es, con total seguridad, la mayor ampliación de la realidad que ha recibido el hombre, desde que se levantó para ver el mundo a dos pies. A cualquiera le afecta, para bien o para mal. Quizás hablamos del mayor complemento para la vida humana, el primer paso hacia un “matrix” en un futuro lejano (o no tanto), pero en todo caso, afecta e influye mucho; de eso no hay duda.
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