Sucedió en el año 1973, en el hospital provincial de la ciudad de Matanzas en Cuba.
Me encontraba yo cubriendo el turno de la noche en el departamento de enfermería en la sala de emergencias, cuando el Dr. recibe un caso no peculiar, una señora que según los acompañantes ( sus hijas ) estaba poseída por un espíritu, la preocupación de sus familias era la hipertensión que padecía la señora.
El Dr., le toma la tensión y detecta que es perfecta y después de examinarla minuciosamente, llega a la conclusión que su problema es histérico o quizás fingido, solo para llamar la atención de los demás.
La paciente es remitida al departamento de enfermería con unas indicaciones inusual, " enfermero, favor de desenmascarar a la paciente, esta fingiendo un desmayo", el mensaje fue captado por mi de inmediato.
Primero trate de llamarle la atención y decirle que sabíamos que su salud era perfecta, luego utilicé una aguja estéril y tratando de estimularla por el dolor, la pinche suavemente en lugares sensibles, como la planta de los pies y la sección costal, pero nada, permanecía literalmente dormida.
Después de mucho batallar, acudimos a un recurso que es utilizado para hacer reaccionar a las personas en estado de embriaguez, "AMONIACO" en una solución acuosa, este producto químico es irrespirable, el organismo rechaza violentamente los olores de Amoniaco, llevando a la persona a un estado defensivo.
Pero algo no estaba funcionando normalmente, la paciente no rechazo el amoniaco, que se le aplique en tres ocasiones, la ultima fue por espacio de 7 u 8 minutos, esto me asusto, pues pensé en un paro respiratorio, pero no correspondía con sus signos vitales, la prueba de fuego fue cuando le pusimos un cartucho de plástico que ocupara la boca y nariz, en los mas de 10 minutos que observamos el cartucho, no apareció movimiento de inhalación o exhalación.
Solo cuando ella decidió respirar, lo hizo, regreso a la realidad y se sintió muy bien, creo que ese cuerpo estaba vacío, solo era un conjunto de huesos, músculos, piel y demás sustancias que componen el cuerpo humano, pero el espíritu estaba fuera del cuerpo físico.
Sepan que todo lo sucedido, fue callado por el Dr., ya que le temía a la incredibilidad y la posibilidad de que le afectara las opiniones de los otros galenos.
Luis M. Silva
Enfermero, Matanzas, Cuba
El Dr., le toma la tensión y detecta que es perfecta y después de examinarla minuciosamente, llega a la conclusión que su problema es histérico o quizás fingido, solo para llamar la atención de los demás.
La paciente es remitida al departamento de enfermería con unas indicaciones inusual, " enfermero, favor de desenmascarar a la paciente, esta fingiendo un desmayo", el mensaje fue captado por mi de inmediato.
Primero trate de llamarle la atención y decirle que sabíamos que su salud era perfecta, luego utilicé una aguja estéril y tratando de estimularla por el dolor, la pinche suavemente en lugares sensibles, como la planta de los pies y la sección costal, pero nada, permanecía literalmente dormida.
Después de mucho batallar, acudimos a un recurso que es utilizado para hacer reaccionar a las personas en estado de embriaguez, "AMONIACO" en una solución acuosa, este producto químico es irrespirable, el organismo rechaza violentamente los olores de Amoniaco, llevando a la persona a un estado defensivo.
Pero algo no estaba funcionando normalmente, la paciente no rechazo el amoniaco, que se le aplique en tres ocasiones, la ultima fue por espacio de 7 u 8 minutos, esto me asusto, pues pensé en un paro respiratorio, pero no correspondía con sus signos vitales, la prueba de fuego fue cuando le pusimos un cartucho de plástico que ocupara la boca y nariz, en los mas de 10 minutos que observamos el cartucho, no apareció movimiento de inhalación o exhalación.
Solo cuando ella decidió respirar, lo hizo, regreso a la realidad y se sintió muy bien, creo que ese cuerpo estaba vacío, solo era un conjunto de huesos, músculos, piel y demás sustancias que componen el cuerpo humano, pero el espíritu estaba fuera del cuerpo físico.
Sepan que todo lo sucedido, fue callado por el Dr., ya que le temía a la incredibilidad y la posibilidad de que le afectara las opiniones de los otros galenos.
Luis M. Silva
Enfermero, Matanzas, Cuba
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