martes, 22 de noviembre de 2011

El reloj de la vida



Se siente una especial alegría cuando son colegas compatriotas los que realizan un descubrimiento importante para la medicina. El grupo de estudio dirigido por María A. Blasco, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha publicado en la prestigiosa revista científica PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, el porqué las células madre embrionarias pierden el control del crecimiento al sacarlas del embrión y cultivarlas en el laboratorio.Solemos decir que estas células se vuelven inmortales. Sólo se puede parar su crecimiento si se logran diferenciar a células de un tejido concreto. Algo parecido les pasa a las células cancerígenas. Sólo se pueden parar si se logran destruir.Hace unos años algunos creían en la posibilidad de que las células procedentes de embriones, capaces de multiplicarse en el laboratorio y diferenciarse a neuronas o a células productoras de insulina, etc. iban a poder utilizarse para curar enfermedades degenerativas.
Se suponía que estas células madre embrionarias eran iguales que las células del embrión de unos cinco días (blastocisto), que organizadas forman la masa interna del embrión y son las que dan origen a todos los tejidos.
Pues bien, estos investigadores han demostrado, por primera vez, que a estas células les cambia el reloj de la vida cuando se sacan del embrión y se las intenta controlar en el laboratorio; algo que también les pasa a las células tumorales en el organismo.

Al inicio de la vida de cada individuo, tras la fecundación de los gametos de los padres, se ponen en marcha los relojes. Uno de ellos, un reloj de arena, cuyo contenido marca el tiempo máximo de vida de los individuos de una especie concreta, consiste en la longitud de los telomeros. Los telómeros son los extremos de los cromosomas que cambian de longitud, se acortan a medida que pasa el tiempo. Pues bien, en el embrión vivo recién generado, los telómeros crecen y llegan a alcanzar su máxima longitud en esas células pluripotenciales, capaces de dar lugar a todos los tipos celulares, que constituyen la masa celular interna del blastocisto (cinco días de vida). Tras este tiempo, el reloj de arena da la vuelta.
Ocurre que a las células sacadas del embrión, pierden su identidad como partes de un organismo y continúan  alargando los telómeros, desconectándose de la vida.
Las células tumorales también tienen largos los telómeros, no poder ir acortándolos las hace “inmortales”. La buena noticia es que conocer este íntimo mecanismo celular seguro que tiene alguna repercusión en la terapia del cáncer al combatir su inmortalidad.
Autor: Natalia López Moratalla

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Dejame un comentario para blog, blogger