miércoles, 12 de octubre de 2011

EXORCISMO


 Sin duda alguna las posesiones demoníacas infunden mucho respeto para todos los creyentes del Exorcismo.
Existen muchas peliculas relacionadas con este tipo de sucesos paranormales, peliculas de gran exito que han conseguido grandes beneficios gracias al miedo que infunden este tipo de fenomenos. ¿Quien no ha visto alguna de estas peliculas?
  Profundicemos un poco en el Exorcismo.
Rituale Romanum que traducido literalmente significa Ritual Romano.
Segun este libro existen unos sintomas fisicos y psicos que determinan la existencia de una posesion diavolica.

La iglesia catolica utiliza un libro para realizar exorcismos como un metodo terapeutico divino, este libreo sagrado recibe el nombre de

Síntomas Psíquicas de una posesión
Mustra de psocpsos, histeria y paranoia. Sintomas que se representan mediante locura furiosa, odio a Dios, la Virgen, los santos y los simbolos sagrados
Hablar en lenguas desconocidas y mantener conversaciones entendiendo dichos idiomas, lo cual, recibe el nombre de Xenoglosia.Poseer poderes ocultos como poder de Clarividencia. Autosugestion elevada manifestando fuerzas psiquica y moral superior a lo normal. Poderes de premonicion sobre el futuro...

Sintomas Fisicas de una posesión
Sansonismo: Consiste en mostrar una fuerza muy superior a la normal para edad y constitucion.
Transfiguracion: Mostrar cambios fisicos en todo el cuerpo, como por ejemplo en la cara, extremidades, etc.
Manifestar torsiones del cuerpo antifiologicas, como por ejemplo, girar el cuello y la cabeza de 180º a 360º.
Psicocinesis: Mover obejtos con la mente.
Levitacion: Ir en contra de las leyes gravitatorias y elevar el cuerpo sobre el suelo manteniendose estatico en el aire.
Antes de determinar si una persona esta poseida, se hacen estudios medicos y cientificos. Por ejemplo en el propio Vaticano en la Universidad Lateranense de Roma existe la especialidad de parapsicología dirigida por el Doctor Andreas Resch.
Solo en casos extremos en los que la ciencia medica no puede determinar lo que le ocurre a una persona que presenta los sintomas anteriormente descritos y que van en contra de toda ley fisica y cientifica, se recurre al Exorcismo.


 EL MINISTRO Y LAS CONDICIONES PARA EFECTUAR EL EXORCISMO MAYOR
El ministerio de exorcizar a los poseídos se concede por especial y expresa licencia del Ordinario, que regularmente será el mismo obispo diocesano.30 Dicha licencia debe concederse únicamente a un sacerdote dotado de piedad, ciencia, prudencia e integridad de vida.31 Además debe estar preparado específicamente para este oficio. Se exhorta al sacerdote, a quien se le encomiende el oficio de exorcista de manera estable o por un caso aislado, ejercitar esta delicada y caritativa tarea con humildad y confianza, bajo la dirección del obispo diocesano. En este Ritual cuando se indica “exorcista”, siempre debe entenderse como el “sacerdote exorcista” que aquí se ha mencionado.

El exorcista, en caso de alguna, así llamada, intervención diabólica, debe observar la máxima circunspección y prudencia, imprescindible en estos casos. En primer lugar no debe creer fácilmente que alguien que padece alguna enfermedad, especialmente psicológica, esté poseído por el demonio.32 Del mismo modo, no debe creer que hay posesión por la sola afirmación de alguien que expresa estar especialmente tentado, desolado o atormentado por el diablo, pues la persona podría estar engañada por la propia imaginación. Por el contrario, es necesario advertir también, para no equivocarse, que el diablo usa artes y fraudes para engañar al hombre, para persuadir al endemoniado que no es necesario someterse a exorcismo alguno, que su padecimiento es natural y debe someterse simplemente a la ciencia médica. Por lo tanto, siempre debe indagarse y quien es tenido como endemoniado debe ser especialmente tenido en cuenta para verificar si está realmente atormentado por el diablo.
También deben distinguirse los ataques diabólicos de los casos de credulidad mediante la cual algunos fieles juzgan que son objeto de maleficios, de mala suerte o maldiciones, ya sea ocasionados por otras personas contra ellos mismos o bien allegados contra sus bienes. En estos casos, no debe acudirse de modo alguno al exorcismo, si bien no debe negarse la ayuda espiritual necesaria, sobre todo con oraciones aptas, de tal manera que encuentren la paz de Dios. Tampoco ha de rehusarse la ayuda espiritual a los creyentes que quieren guardar fidelidad al Señor Jesús y al Evangelio y en quienes el Maligno sin entrar (cf. 1 Jn. 5, 18) tienta fuertemente. En estos casos, pueden ser empleadas las preces y las súplicas adecuadas por un presbítero que no es exorcista e incluso por un diácono.
El exorcista, por lo tanto, debe proceder a celebrar el exorcismo sólo cuando tenga seguridad de la verdadera posesión demoníaca33 y, si fuera posible, con el consentimiento del mismo sujeto. Según una probada praxis se juzgan como signos de la posesión demoníaca hablar con muchas palabras en una lengua desconocida o entender al que la habla, movilizar cosas distantes u ocultas, manifestar fuerzas por encima de la naturaleza de la edad o condición del sujeto poseso. Estos signos pueden ser un indicio pero podrían no ser atribuidos necesariamente a la posesión diabólica en cuyo caso debe prestarse atención a otros posibles signos de índole espiritual o moral que pudieren manifestar, de algún modo, la intervención diabólica, como por ejemplo la aversión vehemente a Dios, al Santísimo Nombre de Jesús, a la Bienaventurada Virgen María y a los santos, a la Iglesia, a la Palabra de Dios, a los objetos sagrados, a los ritos, especialmente sacramentales y a las imágenes sagradas. Conviene, finalmente, examinar la relación que existe de todos los signos indicados con la fe y la vida espiritual teniendo en cuenta que el Maligno es enemigo de Dios y de todo aquello que los fieles tienen para experimentar la acción salvífica de Dios en ellos.
Corresponde al exorcista juzgar con respecto a la necesidad de apelar al rito del exorcismo, después de realizar una diligente investigación, guardando siempre el secreto de confesión, y consultados, en cuanto sea posible, los expertos de vida espiritual; también, si fuere necesario podrá consultar a expertos en la ciencia médica y psiquiátrica que tengan sentido de las cosas espirituales.
En los casos que afecten a personas no católicas y en todo lo que parezca más difícil de discernir, llévese el asunto al obispo diocesano, quien por razones prudenciales podrá reclamar el parecer de algunos expertos antes de tomar la decisión acerca del exorcismo.
El exorcismo se realiza de tal manera que manifieste la fe de la Iglesia y que por nadie pueda ser considerado como una acción mágica o supersticiosa. Debe cuidarse que el rito no se convierta en un espectáculo para los presentes. De ningún modo se dé espacio a los medios de comunicación social mientras se realiza el exorcismo; tampoco corresponde divulgar la noticia del exorcismo antes o después de realizado, pues debe guardarse la debida discreción.

EL RITO QUE DEBE EMPLEARSE 
En el rito que se propone, fuera de las fórmulas mismas del exorcismo, préstese una atención especial a aquellos gestos y aspectos rituales que tienen el primer lugar y sentido, por ejemplo aquellos que forman parte de la purificación en el camino catecumenal (el signo de la cruz, la imposición de las manos, el soplo, la aspersión con el agua bendita, etc.).
El rito comienza con la aspersión del agua bendita, con la cual se recuerda la purificación bautismal y el atormentado se defiende de las insidias del enemigo. El agua puede bendecidse fuera del rito o dentro del rito antes de la aspersión y, si es oportuno, junto con una mezcla de sal.
Sigue la oración letánica con la cual se implora la intercesión de todos los santos sobre el atormentado.

Después de las preces letánicas el exorcista puede recitar uno o varios salmos que imploran la protección del Altísimo y proclaman la victoria de Cristo sobre el Maligno. Los salmos pueden decirse de modo corrido o responsorial. Terminado cada salmo, el exorcista puede añadir una oración sálmica.

Luego se proclama el Evangelio, como signo de la presencia de Cristo quien, por su propia Palabra en la proclamación de la Iglesia cura las enfermedades de los hombres.

A continuación el exorcista impone las manos sobre el atormentado, con lo cual se invoca el poder del Espíritu Santo, para que el diablo salga de aquel que por el bautismo fue hecho templo de Dios. Al mismo tiempo puede soplar sobre el rostro del atormentado.

Se recita, entonces, el símbolo de la fe, o bien, se renueva la promesa de fe bautismal con la abjuración previa a Satanás. Sigue la oración dominical, con la cual se implora al Dios y Padre nuestro que nos libre de todo mal.

Terminados los ritos precedentes, el exorcista muestra al atormentado el crucifijo que es fuente de toda bendición y gracia, y se hace la señal de la cruz sobre él señalando así la potestad de Cristo sobre el diablo.

Finalmente dice la fórmula deprecativa, con la cual se ruega a Dios, así como la fórmula imperativa, con la que el diablo, en nombre de Cristo, es conjurado directamente para que salga del atormentado. No debe utilizarse la fórmula imperativa si no precedió la fórmula deprecativa, en cambio ésta puede emplearse sin aquélla.

Todos los pasos del rito indicados pueden repetirse cuantas veces sean necesarias tanto en la misma celebración (atendiendo a lo que se indica en el n,como en otro momento, hasta que el atormentado sea liberado totalmente.

El rito concluye con el canto de acción de gracias, con la oración y la bendición.


http://www.sucesosparanormales.com/


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Dejame un comentario para blog, blogger