En alguna ocasión hemos podido oír que los elefantes tienen una gran memoria, hay una frase popular que dice, “tienes una memoria de elefante”. Esto no tiene ninguna base científica, aunque si que es verdad que fue motivada por una corriente de investigación a finales del siglo XIX.
Esta corriente de investigación era la Frenología, esta disciplina intentaba relacionar el tamaño del cerebro con las capacidades básicas intelectivas y cognitivas, tanto del ser humano como de los animales y claro, el gran tamaño del cerebro de los elefantes, dio que pensar sobre el nivel de entendimiento de estos animales.
Si a lo mencionado antes, añadimos la capacidad que tiene el elefante de aprender tareas desempeñándolas con precisión y sin olvidarlas, todo apuntaba que el elefante tenía una gran memoria. Es un dato curioso, que un elefante nunca olvide a quien le ha hecho daño, de esto se percataron sobretodo los domadores de elefantes.
La verdad es que los postulados de la Frenología, están desde hace mucho refutados y de ninguna de las maneras se puede afirmar que el elefante sea un prodigio memorístico dentro del reino animal, ya que de momento, no hay explicaciones científicas que avalen la buena memoria del paquidermo.
Los elefantes viajan en grandes grupos matriarcales en los que desarrollan sus actividades cotidianas en comunidad. De alguna forma, los elefantes de un mismo grupo se mantienen en contacto y conocen con exactitud la ubicación de sus pares.
La respuesta se encuentra en el olfato y la memoria. A través de su potente sentido del olfato, el elefante buscará a cada uno de sus compañeros y utilizando su prodigiosa memoria, realizará un mapa mental que le dará una noción exacta de su ubicación y de la distancia que los separa.
Cuando hablamos de prodigiosa memoria, no hablamos de memoria a largo plazo sino de la capacidad de actualización de la información y almacenamiento a corto plazo.
El olor que identifican es el de la orina. Si uno de los miembros se separa del grupo, los demás serán alertados. La capacidad de socialización también es un distintivo de los elefantes, esa especie apasionante del mundo animal de la cuál, jamás dejaremos de sorprendernos.
Su gran memoria les sirve para reconocer e identificar uno a uno a sus congéneres. Los elefantes pueden diferenciar entre más de 200 individuos de su misma especie, como memoria fotográfica que le permite saber quien es quien, perdón... cual es cual.
Esto es esencial para las hembras pues dependen unas de otras para la crianza de los críos. Es como si todos los bebés elefantes fueran criados por su madre y las "tías".
La memoria es el vínculo que mantiene unida a esta comunidad tan cerrada. Esto proporciona defensa en grupo contra los predadores; educación que debe ser aprendida contra los elementos adversos en forma comunitaria.
Por tanto son autoconcientes y poseen entonces vida emocional y sentimientos. Es la única especie que hace un ritual de muerte ante los huesos de algún congénere que haya muerto, tocándolos con su trompa de la misma manera en que despiertan a un elefante bebé.
Y Recuerda ..que además de inteligentes..
los elefantes tienen buena memoria...
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